Carmelitas Descalzas
Las Carmelitas Descalzas somos mujeres consagradas a Dios que queremos vivir en obsequio de Jesucristo, a imitación de la Virgen María, ofreciendo nuestras vidas para que todos los hombres y mujeres de este mundo encuentren la paz, el amor y la felicidad que solo Dios puede dar.
Por eso hemos acogido el llamado de Dios para vivir con Cristo el misterio de su vida y muerte, y así alcanzar con todos su Resurrección, promesa de plenitud de vida y felicidad.
Esta vocación es un don del Espíritu que nos invita a una misteriosa unión con Dios, viviendo en amistad con Cristo y en intimidad con la virgen María. Nuestra oración e inmolación se funden vivamente con un amor grande a la Iglesia, la expresión del carisma teresiano, la consagración y orientación de nuestra energía hacia la salvación de todos los hombres.
Nuestras comunidades, están dedicadas principalmente a la oración. Nuestra vida transcurre en medio de las horas de oración, trabajo y convivencia fraterna. Nuestra oración gira en torno a la alabanza del Señor por medio de la recitación diaria del Oficio Divino y la oración personal. Nuestro trabajo es diverso pues las hermanas se dedican a varias tareas como: Elaboración de hostias, vino, ornamentos litúrgicos, velas, velones, cirios pascuales, trabajos en la huerta y en los quehaceres ordinarios, todo elevado al plano sobrenatural, puesto que no vivimos para trabajar sino que trabajamos para vivir.
Nuestra gran riqueza es el estar ciertas de la presencia de Dios en nuestras vidas y ofrecerlas para la salvación de nuestros hermanos (as) del mundo.
Nuestra fortaleza: la firme confianza de que María Nuestra Señora del Carmen nos ampara y nos protege, nos cuida y alienta en nuestro peregrinar hacia la casa del Padre.
Nuestro seguro apoyo: la presencia de San José, padre y protector de las almas consagradas. La presencia también de los Santos y Santas del Carmelo, así como el auxilio de nuestros santos Ángeles custodios.
Esta seguridad nos anima a seguir en nuestra labor de mujeres orantes y trabajadoras por el bien del mundo y el engrandecimiento del Reino de Dios.
Te damos la bienvenida y te invitamos a recorrer de la mano de Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz y todos los santos del Carmelo, el camino de nuestra vida escondida con Cristo en Dios por la iglesia y el mundo.
Monasterios existentes en el Ecuador:
Ibarra, Loja, Guayaquil, Machala, Cuenca 2 monasterios, Quito 2 monasterios, Santo Domingo, Riobamba, Guaranda, Playas y Montecristi.